
Hablamos de ODS 2030
Algunas personas podrían pensar que esto de la sostenibilidad es una moda como otra cualquiera. Que ahora nos da por esto y mañana… ¿qué será lo siguiente?
¿Si Donald Trump anunció salirse del tratado de París para hacer frente al cambio climático, cuando EEUU es la primera economía del mundo, porqué los demás tenemos que “mojarnos” con todo esto?
Empezaremos recordando que el tratado de París fue respaldado por nada más y nada menos que 185 países. Y por desgracia, velar por nuestro planeta no es una moda; se ha convertido en una emergencia.
La ONU en conjunto con 193 países decidieron decir ¡basta!, y firmaron un acuerdo comprometiéndose a seguir unas pautas. Concretamente 17 objetivos que rubricaron en 2015 con objeto de tener un mundo bastante mejor del que tenemos. Serían los siguientes:
- Fin de la pobreza
- Hambre cero
- Salud y bienestar
- Educación de calidad
- Igualdad de género
- Agua limpia y saneamiento
- Energía asequible y no contaminante
- Trabajo decente y crecimiento económico
- Industria, innovación e infraestructura
- Reducción de las desigualdades
- Ciudades y comunidades sostenibles
- Producción y consumo responsable
- Acción por el clima
- Vida submarina
- Vida de ecosistemas terrestres
- Paz, justicia e instituciones sólidas
- Alianzas para lograr los objetivos
Como se aprecia en esta lista, los ODS no atienden sólo a sostenibilidad, sino que muestra correlación entre estos y los factores que definen el progreso para este siglo XXI. Existe un sentido de urgencia para poder alcanzarlos desde un prisma global y universal, donde entran en juego la dimensión económica, social y medioambiental.
Hay muchos aspectos y datos interesantes que podríamos comentar, como por ejemplo:
El 11% de la población mundial vive en pobreza extrema. ¡Oigan!, ¡que eso son 736 millones de personas!. En el otro lado tenemos el 10% más rico de la población se queda con hasta el 40% del ingreso mundial total, mientras que el 10% más pobre está entre el 2% y el 7% del ingreso total. En resumidas cuentas, el aumento de las desigualdades.
La corrupción, el soborno y la evasión de impuestos cuestan en torno a 1,6 Billones de dólares al año. Y sobre todo la emergencia climática que vivimos.
Pero el lema de esta agenda 2030 y que más nos llama la atención como concepto que resume al máximo todos estos objetivos es el de “With no one left behind”, es decir, no dejar a nadie atrás.
Todos somos importantes para poder lograrlo; empezando por los países y sus administraciones, las empresas, las personas y diferentes entidades, etc.
¿Si soy una empresa, por dónde empiezo?
En primer lugar, somos conscientes de que como directivos y/o empresas por sí mismas no vamos a cambiar el mundo de un día para otro, pero con pequeños cambios, comenzando por la concienciación y el dar ejemplo, y pasando por ciertos planes estratégicos que se circunscriban a algunos de los ODS, es dar un paso de gigante a nuestro modo de ver. Hemos de virar y cambiar el rumbo. Empujar más y más rápido siendo ambiciosos. La involucración por ejemplo de los directores financieros es clave para trabajar el binomio estrategia de sostenibilidad y la financiación de las compañías.
¿Y si no hago nada que ocurrirá?
Somos conscientes de que los cambios en las empresas por pequeños que sean nos afectan; esto es la resiliencia, pero hay un tema de importancia como es la reputación tanto corporativa como de incluso la del directivo.
Oigan, es que igual en los próximos años una administración o un cliente tipo multinacional deje de comprar nuestros productos y/o servicios si, por ejemplo, no hemos reducido nuestra huella de carbono u otra medida alineada con los ODS. Deberemos trabajar algunos indicadores / KPIs.