¿Nos beneficia el mentoring como marca?

Artículo¿Nos beneficia el mentoring como marca?

¿Nos beneficia el mentoring como marca?

Quizás, lo suyo sea que definamos primero que es el mentoring; pues con tanto anglicismo a veces nos liamos.

El mentoring no deja de ser una relación de desarrollo profesional entre dos personas; una experimentada en un campo o materia (llamada mentor) y otra menos experimentada o con menor nivel de conocimiento (llamada mente, aprendiz, etc.). Dicha relación ha de estar basada en la comunicación entre ambas figuras con el objeto de que el mentee pueda desarrollarse en un campo que le interese a través de la figura del mentor, que suele dominar tal materia.

Cada uno de nosotros puede ayudar o mentorizar a alguna persona sobre un campo que domine; por ejemplo, si queremos entrar en departamentos de operaciones, podemos buscar a alguien que tenga bagaje en este nicho y apoyarnos en él para que nos transmita esa sabiduría que en muchas ocasiones no está en los libros. El formato y la operativa suele venir de la mano del mentor, y a diferencia de un coach (que nos hace pensar), el mentor se moja y te dice, en su experiencia, qué tienes que hacer. Esta relación puede ser en modo altruista, o todo lo contrario.

También es interesante hacerlo con carácter interno en algunas organizaciones para facilitar el aterrizaje de las personas en determinadas posiciones dentro de la misma. ¿Quién mejor que alguien de dentro para ayudar?.

Por otro lado, cuando uno era chaval y salía de la universidad te tenías que buscar la vida e ir probando y probando cosas hasta encontrar tu sitio y/o la manera de proceder en cada uno. Pero ahora es diferente; algunas universidades cuentan por ejemplo cuentan con mentores que suelen ser antiguos alumnos con un gran recorrido profesional que están dispuestos a ayudar a las nuevas generaciones a poner foco con algo más de acierto en sus primeros pasos en este maltrecho mercado laboral.

¿Y qué beneficios nos aporta?.

Para el mentor, el hecho de que sea reconocido como un experto en una materia a la par que mejora de su nivel como profesional. Le permite reflexionar sobre como viene haciendo las cosas y aprende a su vez de nuevas maneras de pensar de gente más joven. Tampoco podemos olvidar que ejerce y desarrolla su labor de liderazo; un liderazgo con propósito.

Como empresa, captar talento joven a nuestras organizaciones atraídos por una serie valores que forman parte de nuestro ADN como compañía. Valores sí, esa palabra que no es fácil encontrar hoy día en según que estructura. Valores como el compartir y velar por nuestro entorno. Valores que reafirman y potencian la marca personal de la compañía.

Atraer y retener talento joven en un escenario donde es cada vez más difícil. Sectores como la consultoría en sentido amplio, tecnología, etc, se la ven y las desean para contratar y fidelizar a los jóvenes de la Generación Z. Una generación de la cual se dice que el 75% aspira a dejar el mundo mejor de lo que lo encontró. Por tanto…¡valores, señoras y señores, valores!. Ética en los negocios, sostenibilidad, igualdad e inclusión son algunos de los pilares, muy ligados dicho sea de paso, con algunos de los ODS 2030 de la agenda de la ONU.

Esto quizás a algunos les suene muy teórico. Comencemos a trabajar y repasar nuestros valores como directivos, como empresas, y como agentes del cambio. Es nuestra responsabilidad y refuerza nuestra imagen de marca, tanto personal como corporativa.

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